JUEGOS TRADICIONALES

Dado que soy de un pequeño pueblo de Teruel, voy a hablaros de "los bolinches" un juego tradicional que se creó en mi propio pueblo (Monreal del Campo). Para aquellos que no sepáis de que juego se trata, deciros que es un juego muy similar a los bolos pero con un objetivo algo más complejo (según mi criterio). Este juego consiste en derribar cinco de los seis bolinches en solamente tres intentos.

Los bolinches se colocan en dos filas (tres bolinches en cada fila), cada uno de ellos mide alrededor de 35 cm y tiene una anchura de aproximadamente 3 cm. La bola con la que se intentará derribar dichos bolinches, recibe el nombre de lanzadera. La distancia desde los bolinches hasta el lanzador será de 10 metros y estará marcada en el suelo (línea de tiro). Para saber el orden de los lanzadores se hará un sorteo. Cada lanzador tendrá un máximo de tres lanzamientos para conseguir derribar 5 de los 6 bolinches, ya que como bien he mencionado antes, un bolinche debe quedar en pie. En caso de que se produzca un empate, se repetirá el lanzamiento pero desde 1 metro más atrás de la línea de tiro. Cada vez que un lanzador consiga derribar todos los bolinches a excepción de uno, se dirá que ha conseguido un “hecho”, se ganará cuando se hagan dos hechos seguidos. Por último, pasarán a jugar la gran final, los 4 mejores lanzadores.

Mis abuelos me han dicho que desde pequeños jugaban a este tipo de juegos y a muchos otros, como por ejemplo las birlas, el lanzamiento de barra aragonesa, lanzamiento de pita, la rana, etc. Y que jugaban porque estos juegos se habían transmitido de generación en generación. Además, cuando se organizaban campeonatos, acudía gran parte del pueblo y las calles se llenaban de gente para contemplar a los ganadores. No obstante, a pesar de que antaño estos juegos acaparaban toda la atención, cuando mi madre era pequeña ella jugaba a otros tipos de juegos como churro va, las gomas, etc. En mi pueblo sí que se han mantenido estos juegos tradicionales, pero también he de decir que se juegan en momentos puntuales, a los bolinches por ejemplo se hace un campeonato durante el periodo estival y otro cuando comienzan las fiestas del pueblo. Pero no se puede comparar a lo que se jugaba antiguamente, al introducirse deportes más modernos, como es el caso del fútbol, tenis, baloncesto, etc., los juegos tradicionales han ido perdiendo peso.

Yo no creo que haya una línea del tiempo que marque un antes y un después, pero sí que con el paso del tiempo se ha ido perdiendo la esencia de estos juegos, antaño la gente quedaba en las plazas donde se jugaba a los bolinches como punto de encuentro y pasaban allí horas y horas entretenidos. Mi abuelo me decía que todos los fines de semana había campeonatos de bolinches y que cuando la gente acababa de hacer sus “faenas” acudían todos allí para ver los encuentros de bolinche. Desde mi punto de vista, estos juegos se han visto fuertemente afectados por los medios de comunicación, si en la televisión (a nivel local) retransmitieran torneos de bolinche, estoy seguro que más de uno los vería, pero desgraciadamente eso no mueve tanto dinero. El bolinche no puede competir contra el fútbol ni contra cualquier otro deporte moderno, desde que estos se retransmiten en la televisión la gente los sigue y los juega. Es por ello, que el punto de reencuentro ha cambiado, ahora la gente acude al bar para ver partidos de fútbol y ya no pisa la calle tanto como antes.

Yo no creo que el bolinche (en la comarca del Jiloca) o la pelota valenciana (en la Comunidad Valenciana) se hayan ganado a pulso dejar de ser el deporte por excelencia, hay muchos otros factores, el modo de vida actual no es ni comparable con el de antes, los medios de comunicación, como bien he dicho antes, les ha perjudicado notoriamente. Ahora bien, yo creo que lo que se debería hacer, al menos en los pueblos, es organizar de vez en cuando eventos deportivos donde se celebren campeonatos de juegos tradicionales, para que estos no se pierdan de manera definitiva, que acudan familias y que les enseñen a los más pequeños los juegos de su infancia, de este modo, podemos lograr que se sigan transmitiendo de generación en generación.